María:
Adoramos al Niño Jesús que llevas entre tus brazos.
Adoramos el misterio que se revela en el establo de Belén
Adorar al Niño-Dios nacido en la pobreza de Belén,
es adorar la persona divina de nuestro señor Jesucristo
que es Dios como el Padre.
Adorar al Niño Jesús
es adorar a Dios nuestro Redentor.
Cristo, el Niño que tienes entre tus brazos
es la revelación suprema del amor
y de la misericordia de Dios nuestro Padre.
Adorar al Niño Jesús
es aceptar la salvación que nos viene dada como regalo.
María:
Tú eres la madre Virgen por obra del Espíritu Santo.
Tú nos ofreces el misterio del Niño-Dios
para que lo acojamos y aprendamos a guardarlo
en el corazón, siguiendo tu ejemplo.
José, tu esposo, protege tu maternidad virginal
y tutela paternalmente al Niño Jesús.
Él nos enseña a custodiar y defender la vida de la gracia.
Los ángeles anunciaron la gran alegría
para todo el pueblo y alabaron a Dios
Queremos unimos a su canto de alegría,
de alabanza y de acción de gracias.
Nosotros queremos ser como los pastores:
Sencillos, humildes, y pobres,
queremos ser los primeros en recibir la Buena Noticia
para ser presurosos en el camino
para adorar a Niño-Dios, Jesús nuestro Salvador.
Que ellos nos enseñen a dejar nuestras instalaciones
y para ser pobres
y sencillos de corazón
y salir al encuentro del Niño Jesús en Belén,
que es salir al encuentro de Dios.
Madre de Dios en Belén:
Gracias por tu entrega total a Cristo tu Hijo
siguiendo la voluntad del Padre
en el amor del Espíritu Santo.
Amén.
No hay comentarios.