Santísimo confesor del Señor,
Padre y guía de monjes,
Intercede por nuestra santidad,
y por nuestra salud, de alma cuerpo y mente.
Destierra de nuestra vida y de nuestra casa
Las asechanzas del maligno espíritu.
Líbranos de funestas herejías,
de malas lenguas y hechicerías.
Pídele al Señor que remedie nuestras necesidades espirituales y corporales,
pídele también por el progreso
de la Santa Iglesia Católica;
y para que mi alma no muera en pecado mortal,
y así, confiado en tu poderosa intercesión,
pueda algún día en el cielo
cantar las eternas alabanzas.
Amén.
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